Una buena calidad del sueño es importante tanto para nuestra salud individual como para la global
Publicado el 20/11/2018
Post del Equipo de AdSalutem Institute
Imagen: B-Debate / Jordi Cabanas.
El pasado mes de octubre se reunieron en CosmoCaixa los mayores expertos mundiales en medicina del sueño para participar en el B-Debate “Sleep: The Fourth Pillar Of Health”, una iniciativa de Biocat y la Obra Social ”la Caixa”. Resulta curioso el hecho de que si preguntamos a cada uno de ellos cuál es la razón por la que dormimos, cada uno tiene una respuesta propia y diferente a la de los demás. La realidad es que dormir es uno de los procesos fisiológicos más importantes de nuestro organismo para mantener la salud física y mental. Pasamos más de una tercera parte de nuestra vida dormidos y esto indica que evolutivamente su importancia es muy alta para nuestra vida y salud. Por supuesto, aún hay cosas que no entendemos sobre el sueño y el dormir, y esto hace que este campo aún resulte más atractivo por su enorme capacidad de crecimiento y desarrollo para impactar en la salud global.
La medicina del sueño es un campo de la medicina que resulta integrador por definición y en el que resulta necesario tener una visión holística y multidisciplinaria para poder avanzar. El B-Debate sobre el sueño como el cuarto pilar de la salud fue un debate abierto de dos días de duración con participantes plurales y multidisciplinarios sobre las nuevas evidencias que determinan el impacto del sueño en nuestra salud. Los expertos coinciden en que la sociedad moderna y las rutinas que hemos establecido ejercen una presión sin precedentes sobre las horas que dedicamos a dormir. Si bien es cierto que cada persona adulta puede tener unas necesidades diferentes que pueden variar entre las 7 y las 9 horas al día, un gran porcentaje de adultos duermen menos de las 7 horas mínimas recomendadas. Lo mismo ocurre en los adolescentes, quienes necesitan más horas de sueño y que sufren el duro impacto de la falta de este en su capacidad cognitiva y, por lo tanto, en sus resultados escolares e incluso en su rendimiento deportivo.
Este déficit de sueño no ha sido percibido como un problema de salud hasta fechas recientes. Por ejemplo, diferentes estudios económicos apuntan a un coste tremendo en salud para los países y las empresas debido al hecho de que la población duerma menos de lo recomendado. Dormir poco afecta directamente a la capacidad cognitiva o a la toma de decisiones, y esto puede estar muy relacionado con un alto porcentaje de accidentes de tráfico o laborales. Por ejemplo, se considera la apnea de sueño un factor de riesgo para sufrir accidentes de tráfico debido a la somnolencia diurna que provoca el no dormir bien.
Imagen: B-Debate / Jordi Cabanas.
Sumado a esto, un tema recurrente en este B-Debate fue la relación de la privación de sueño o de la mala calidad del sueño con el desarrollo y la aparición de diferentes enfermedades entre las que destacan el alzhéimer, el párkinson, enfermedades cardiometabólicas, la depresión o incluso el cáncer, entre otros. Un número creciente de estudios con alto rigor científico reflejan esta asociación e intentan determinar los mecanismos asociados. Por ejemplo, ciertas fases del sueño están asociadas a una “limpieza” de productos del metabolismo que pueden resultar tóxicos para nuestro cerebro. No dormir lo suficiente o no dormir de manera correcta puede afectar a este sistema de “limpieza”. De esta manera, algunos estudios han destacado como tras dormir mal o poco existe un aumento de acumulación de proteína beta-amiloide en el cerebro, proceso que está asociado a la enfermedad de Alzheimer.
Dormir bien es necesario para tener una vida sana, y si no se duerme bien, es altamente probable sufrir problemas de salud. Esta visión del sueño como uno de los pilares de la salud no está del todo extendida y aceptada en nuestra sociedad. Todo el mundo es consciente de la importancia de la nutrición, del ejercicio físico o de la estabilidad emocional, pero se nos escapa que el sueño es igual o más importante que estos para una vida saludable.
Sumada a la presión sobre las horas de sueño que ejercen nuestras rutinas, un alto porcentaje de personas –se calcula que un 70 % de la sociedad en algún momento de su vida– sufren trastornos del sueño que van desde diversos tipos de insomnio hasta la apnea del sueño pasando por otros trastornos menos prevalentes como el síndrome de las piernas inquietas. En la mayoría de los casos, no dormir bien se acepta como un problema propio que se sufre durante la vida y que no tiene solución. Nada más lejos de la realidad, los trastornos del sueño tienen solución y tratarlos mejora nuestra salud, nuestro bienestar y reduce las probabilidades de sufrir ciertas enfermedades. Un alto porcentaje de personas sufren apnea del sueño y ni siquiera son conscientes de que tiene solución y que mejoraría su vida y su esperanza de vida. Está en nuestras manos que la medicina del sueño dé un paso adelante para mejorar nuestras vidas.
Este B-Debate estaba enfocado a atraer la atención sobre la importancia del sueño para la salud global. Con este objetivo, tras dos intensos días de debate entre especialistas de diferentes ramas de la medicina, todos firmaron un manifiesto en el cual se pide más reconocimiento para el sueño como un determinante de la salud y más respeto de todas las instituciones a nuestras horas para dormir. Nuestra salud está en juego. Si no somos capaces de dar la importancia que se merece al sueño entre todos, nuestra salud y la salud global sufrirán las consecuencias.
Imagen: B-Debate / Jordi Cabanas.