Retos y avances en el trasplante de órganos: más y mejor vida para el paciente
Publicado el 16/05/2025
El trasplante de órganos y tejidos es, sin duda, uno de los grandes hitos de la medicina moderna. No solo ha salvado cientos de miles de vidas en las últimas décadas, sino que también ha transformado radicalmente el día a día de muchas personas liberándolas de tratamientos largos, invasivos y agotadores—como la diálisis o la conexión permanente a una máquina de oxígeno en casos de enfermedades pulmonares avanzadas—, lo que les ha permitido recuperar su autonomía y retomar una vida activa y de mayor calidad.
172.000 fueron los trasplantes realizados en 2023 en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de lo admirable de esta cifra, todavía estamos muy lejos de cubrir la demanda global: 2 millones de trasplantes al año.
Los trasplantes tienen una larga y apasionante historia. El primer caso exitoso en el mundo se realizó en 1954 en Estados Unidos: un trasplante de riñón entre hermanos gemelos. En España, el primero tuvo lugar en 1965 y, desde entonces, nuestro país se ha consolidado como un referente internacional en esta área. Solo en 2024 se realizaron 6.464 trasplantes, posibles gracias a la generosidad de 2.562 donantes fallecidos y 404 donantes vivos. Estas cifras sitúan nuestro país a la cabeza tanto en donaciones como en número de intervenciones. Pero ¿cuáles son los retos que aún debemos afrontar para seguir avanzando, tanto a escala nacional como global? ¿Cómo podemos ampliar el acceso al trasplante para cubrir las necesidades de todos los pacientes?
Desde el punto de vista médico, uno de los mayores desafíos sigue siendo evitar el rechazo del órgano por parte del sistema inmunológico del receptor. A esta dificultad se suma una barrera igualmente crítica: la escasez de órganos. Solo en 2023, más de 100.000 personas en Europa estuvieron en lista de espera para recibir un trasplante, pero menos de la mitad logró acceder a uno. Esta situación podría agravarse en los próximos años debido al envejecimiento de la población y al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, muchas de las cuales acaban requiriendo un trasplante. Es el caso, por ejemplo, de la enfermedad renal crónica, para la que el trasplante renal es una opción de tratamiento y que, según las estimaciones, podría convertirse en 2040 en la quinta causa de muerte en el mundo.
Frente a estos desafíos, la ciencia avanza en múltiples direcciones: desde el desarrollo de terapias inmunosupresoras más eficaces y con menos efectos adversos, hasta la investigación en xenotrasplantes —que utilizan órganos de animales modificados genéticamente— o en órganos bioartificiales fabricados en laboratorio. Incluso se trabaja para mejorar la logística y aumentar la disponibilidad de órganos optimizando todo el proceso de donación y trasplante.
El pasado 8 de mayo, el Debate CaixaResearch profundizó en todos estos retos y oportunidades, así como en los últimos avances en el campo de los trasplantes de la mano de cuatro investigadores destacados:
- Beatriz Domínguez-Gil González, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad que coordina y organiza la actividad de donación y trasplante de órganos, tejidos y células.
- Oriol Bestard Matamoros, jefe del servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH), líder del grupo de investigación en Nefrología y Trasplante Renal del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y profesor asociado de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona.
- Xabier Aranguren López, investigador principal del grupo de Generación de Órganos in vivo mediante Células Madre del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), de la Universidad de Navarra. Entre otras cosas, estudia la generación de órganos humanos en cerdos mediante técnicas genéticas.
- Concepción Gómez Gavara, cirujana del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplantes del Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH) e investigadora del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Trabaja, entre otros proyectos, en el de Livercolor, que emplea inteligencia artificial para mejorar la selección de hígados trasplantables.
El encuentro fue moderado por Núria Jar, periodista especializada en ciencia, salud e información internacional.
Estas son las principales conclusiones abordadas durante el debate. ¿Nos acompañas a conocerlas?
El sistema de donación y trasplantes en España
¿Por qué el denominado modelo español de donación y trasplante de órganos es exitoso?
«Somos un país muy solidario, una sociedad dispuesta a ayudar, pero esto por sí solo no es suficiente para que seamos líderes en la donación de órganos. Una de las claves del éxito es el Sistema Nacional de Salud, público y de carácter universal. Además, tenemos que hablar del factor organizativo, nuestro modelo de donación y trasplantes, que permite que una persona que está dispuesta a donar después de su fallecimiento se transforme en un donante real». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Hay pocas personas que fallezcan pudiendo ser donantes. Para poder ser donante después de morir hay que fallecer en unas condiciones muy concretas, en la unidad de cuidados intensivos, habitualmente conectado a ventilación mecánica y sin contraindicaciones médicas para la donación. Solamente entre un 1 y un 2 % de las personas que fallecen en un hospital lo hacen en tales circunstancias». ― Beatriz Domínguez-Gil González

Beatriz Domínguez Gil
«Nuestro sistema está diseñado para identificar de forma sistemática a las personas que fallecen en estas circunstancias únicas, hacer una aproximación muy profesional a una familia en duelo y conseguir que las diferentes fases del proceso de donación se lleven a cabo de la manera lo más impecable posible. Nuestro modelo pivota sobre el coordinador de trasplantes de los hospitales y la coordinación suprahospitalaria de la Organización Nacional de Trasplantes y las Coordinaciones Autonómicas. Es un modelo organizativo que nos permite que la solidaridad de la ciudadanía se transforme en la realidad de la donación y el trasplante». ― Beatriz Domínguez-Gil González
¿A partir de qué edad y hasta qué edad se puede donar órganos?
«En principio, no hay una edad límite para donar, ya que se hace una evaluación individualizada de las características de cada donante. Es cierto que con la edad se producen cambios relacionados con el envejecimiento en los órganos, por lo que a una edad más avanzada es cada vez más difícil ser donante cardíaco o de páncreas, por ejemplo. Aun así, los equipos trasplantadores han aprendido a trasplantar con éxito órganos de gran complejidad procedentes de personas de edad muy avanzada». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Hay muy pocas contraindicaciones absolutas para donar órganos. Solo ocurre en casos de donantes con tumores metastásicos, tumores extraordinariamente agresivos o determinadas infecciones». ― Beatriz Domínguez-Gil González
¿Quién tiene prioridad a la hora de recibir un órgano?
«Existe una gran desproporción entre los pacientes que necesitan un trasplante y los órganos disponibles, por eso todos los sistemas de trasplante disponen de sistemas de asignación de órganos que tienen en cuenta el componente médico y garantizan un acceso equitativo». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«En España existe un modelo mixto de asignación de órganos, por un lado nacional, y por otro, regional y local. En el ámbito nacional hay una asignación de órganos para pacientes en situación crítica con riesgo muy elevado de fallecer en un corto espacio de tiempo; en el momento en que aparece un donante compatible, ese órgano va para ese paciente. También tienen prioridad los pacientes difíciles de trasplantar, pacientes que lo habitual es que rechacen la mayoría de los órganos disponibles; en el momento en que encontramos el donante idóneo para ese receptor, se le da prioridad sobre todos los demás. Por último, en el ámbito nacional también se prioriza a los niños porque son muy difíciles de trasplantar y a los pacientes que necesitan trasplantes combinados». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Por debajo de estos pacientes que tienen prioridad se realiza una asignación regional y local con el objetivo de disminuir los tiempos de isquemia [el periodo en que el suministro de sangre, oxígeno y nutrientes a un órgano o tejido se interrumpe] y disminuir los costes de transporte de órganos. Esta asignación regional y local también sigue un criterio clínico, es decir, se prioriza al paciente que está en una situación más precaria y con mayor riesgo de fallecimiento». ― Beatriz Domínguez-Gil González
Los retos médicos de la donación
¿Cuál es la dificultad de seleccionar aquellos órganos realmente óptimos para el trasplante?
«La manera habitual de evaluar un órgano es a través de sus características morfológicas. Por ejemplo, sabemos que los hígados que acumulan más grasa tienen tendencia a ser más amarillos y con bordes más redondeados, y sabemos que los hígados que tienen más de un 30 % de grasa acumulada pueden fallar. La manera objetiva de evaluar esto es mediante una biopsia hepática, es decir, tomar una pequeña muestra del hígado y analizarla bajo el microscopio». ― Concepción Gómez Gavara

Concepción Gómez Gavara
«Muchas veces, este procedimiento no está disponible, necesitamos rapidez y tenemos que trabajar contra reloj. En esos casos, la manera que tenemos de valorar esos órganos es mediante la opinión de la persona que evalúa el hígado (el cirujano), lo que a veces puede llevarnos a descartar órganos que podrían ser válidos para la donación. Por eso, desde 2018 hemos desarrollado el proyecto Livercolor con el objetivo de entrenar un algoritmo de inteligencia artificial (IA) que, basándose en una imagen, pueda darnos una respuesta objetiva en cuestión de segundos sobre un hígado para evaluar si es apto para el trasplante». ― Concepción Gómez Gavara
«Gracias al apoyo de la convocatoria CaixaImpulse Innovación de la Fundación ”la Caixa”, este proyecto ya es una realidad. Hemos creado una aplicación para tomar fotos de los casos de los hospitales que colaboran con nosotros. Los resultados obtenidos son mucho más precisos que mediante el método estándar de evaluación. Aun así, la decisión final siempre será del profesional, es decir, estas herramientas de inteligencia artificial son un apoyo». ― Concepción Gómez Gavara
Además de para el hígado, ¿podría usarse este método de IA para otros órganos?
«Necesitamos entrenar el algoritmo con muchos datos para que sus resultados tengan una precisión muy alta. Creemos que a final de 2026 dispondremos ya de 1.000 casos, lo que probablemente será suficiente para empezar a usarlo en clínica. Empezamos con el hígado, pero también hemos empezado a desarrollarlo para riñones. Se trata de entrenar algoritmos para analizar imágenes macroscópicas, por lo que en principio puede ser extensible a cualquier órgano». ― Concepción Gómez Gavara
¿Qué estrategias se siguen para evitar el rechazo del órgano trasplantado?
«Hoy somos capaces de diferenciar a los pacientes susceptibles de desarrollar rechazo de forma bastante precisa si tienen alguna condición previa que pueda causar ese rechazo, y somos capaces de generar una respuesta inmune precisa para que no se produzca el rechazo. Sin embargo, hay otro gran grupo de pacientes que identificamos relativamente mal porque no tienen condiciones previas que puedan indicar un rechazo». ― Oriol Bestard Matamoros

Oriol Bestard Matamoros
«Una de las grandes líneas de investigación en trasplantes a escala mundial está orientada a identificar mejor el riesgo inmunológico de cada paciente para así diseñar bien los tratamientos que suprimen la respuesta de su sistema inmune al órgano. Se están estudiando desde las diferencias genéticas entre donante y receptor, hasta la activación de los linfocitos, que son las células que pueden causar el rechazo. Hay toda una línea de investigación muy activa, pero que todavía no hemos sido capaces de incorporar a la práctica clínica». ― Oriol Bestard Matamoros
¿Qué riesgos conlleva la medicación inmunosupresora?
«Hoy, la gran mayoría de los pacientes reciben exactamente la misma cantidad de tratamiento de inmunosupresión. Tenemos que aprender a identificar a quienes podrían vivir con solamente un medicamento en dosis bajas y a quienes necesitan combinaciones distintas de fármacos. El tratamiento es el mismo para todos y los trasplantólogos lidiamos con las complicaciones que surjan. Por ejemplo, el rechazo en un paciente que se trasplante por primera vez es de alrededor del 5 o el 6 %, pero el tratamiento de inmunosupresión que recibe produce otros efectos secundarios en el metabolismo o en el sistema cardiovascular que hay que gestionar». ― Oriol Bestard Matamoros
¿En qué soluciones están trabajando a este respecto?
«Queremos encontrar una familia de fármacos o alguna molécula que actúe de forma directa en el sistema inmune y que evite los efectos secundarios. Esto quizá deba llegar a expensas de cambiar un poco el paradigma con el que trabajamos los médicos y de aceptar una tasa un poco más alta de rechazos controlados. Nuestro proyecto, que cuenta con el apoyo de la convocatoria CaixaImpulse Innovación de la Fundación ”la Caixa”, aprovecha la biología molecular y el desarrollo tecnológico a nivel proteico para crear una molécula compleja que inhiba el sistema inmune de forma específica. Buscamos frenar la activación de los linfocitos T y al mismo tiempo permitir que las células reguladoras mantengan su actividad; es decir, cuidar la respuesta protectora del paciente mientras se controla la respuesta inmune que da lugar al rechazo». ― Oriol Bestard Matamoros
El desafío de la falta de órganos
La OMS dice que se necesitan 2 millones de trasplantes para cubrir la demanda global. Estamos lejos de esas cifras. ¿Qué soluciones se están investigando?
«Hay tres grandes estrategias. La primera es el xenotrasplante, el trasplante de órganos de animales a humanos. En este caso se habla sobre todo del trasplante de órganos del cerdo modificados genéticamente para evitar el rechazo en los humanos. La segunda es la de los organoides impresos en 3D, una tecnología que consiste en usar diferentes tipos de células y utilizar impresoras 3D y biomateriales para generar estructuras tridimensionales que se asemejen a los órganos. Hoy día solo se pueden generar órganos de tamaño muy pequeño, pero la idea en un futuro es que se puedan producir órganos que tengan el tamaño adecuado y que se puedan utilizar para el trasplante. Y la tercera estrategia es la generación directa de órganos humanos dentro de animales utilizando para ello células madre». ― Xabier Aranguren López
¿Cómo funciona la generación directa de órganos humanos dentro de animales?
«Nuestra línea de investigación, apoyada por la convocatoria CaixaResearch de Investigación de la Fundación ”la Caixa”, está orientada a la generación de órganos humanos dentro de animales mediante una técnica llamada complementación de blastocisto. Esta consiste en modificar genéticamente los embriones de un animal —en nuestro caso, un cerdo— para que no puedan desarrollar el órgano que nos interesa. En una fase muy temprana del desarrollo embrionario se microinyectan células madre humanas en ese embrión. A partir de ahí, el animal comienza a desarrollarse, pero al no poder formar ese órgano por sí mismo, son las células humanas las que lo generan. De esta forma podríamos generar órganos humanos dentro de animales que podrían utilizarse para trasplantes». ― Xabier Aranguren López

Xabier Aranguren López
«Es una tecnología muy compleja. Hay muchos obstáculos que superar. Una de las grandes limitaciones es que las células humanas tienen una capacidad de integración en los embriones animales muy baja. Cuando podamos resolver esto podremos empezar a hablar de generar órganos humanos en animales como el cerdo. Es difícil calcular tiempos, pero se han hecho muchos avances en los últimos años y podría ser que en los próximos 5 o 10 años se empezasen a generar órganos humanos en animales». ― Xabier Aranguren López
Los retos del futuro
¿Qué hace falta para mejorar aún más el trabajo que se está haciendo en relación con la donación y los trasplantes?
«Si hablamos de la práctica asistencial, el reto humano es cada vez más importante. Hay un crecimiento exponencial de los trasplantes, pero los equipos son casi los mismos que hace 10 años. Además, tenemos un reto muy importante de relevo generacional. El trasplante ha pasado de ser una actividad clínicamente muy atractiva para los profesionales sanitarios a transformarse en una terapia tan normal que parece haber perdido atractivo profesional». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Desde el punto de vista de la investigación existen varios retos. Uno es el cambio del perfil del donante, ya que somos un país muy longevo en el que la mortalidad en personas jóvenes por causas evitables es reducida. Así, la mayoría de los donantes son mayores y tenemos que conseguir que esos órganos funcionen adecuadamente en los receptores. Otro desafío es mejorar la llamada donación en asistolia, que consiste en preservar y validar órganos donados por personas que fallecen por una parada cardiorrespiratoria, órganos que sufren por la falta de flujo sanguíneo y oxígeno». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Otro punto de mejora sería potenciar más la donación en vivo. Tenemos una gran cantidad de donantes y no deja de crecer, pero falta concienciar sobre la importancia de la donación en vivo, por ejemplo, de un riñón, que es la que mejor tasa de supervivencia tiene. Además, sería importante mejorar la tasa de longevidad de los órganos para que los pacientes no necesitasen otro trasplante al cabo del tiempo. Para ello, como ya hemos hablado, es necesario entender mejor el funcionamiento de la inmunosupresión y por qué hay pacientes que parecen necesitar mucho menos tratamiento que otros». ― Oriol Bestard Matamoros
«La inclusión de las nuevas tecnologías nos puede ayudar a que los trasplantes vuelvan a ser profesionalmente atractivos. Proyectos como Livercolor marcan por dónde va el camino. Los médicos queremos apoyarnos en las nuevas tecnologías para tomar decisiones más seguras y más precisas. Creo que esto será clave para asegurar el relevo generacional». ― Concepción Gómez Gavara
«Además de aumentar el número de donaciones de personas vivas, también es importante mejorar la preservación de los órganos para ayudar a disminuir las listas». ― Xabier Aranguren López
¿Cómo ha mejorado la donación en asistolia?
«Los primeros trasplantes realizados a partir de personas fallecidas en la década de los sesenta se hicieron con órganos de personas que habían fallecido por parada cardiorrespiratoria. Los resultados eran desastrosos y la donación en asistolia pasó a la historia. Fue entonces cuando la donación en muerte encefálica —una condición que permite mantener artificialmente la función de los órganos tras el fallecimiento cerebral del paciente— se consolidó como la principal vía para la obtención de órganos. Sin embargo, a partir de los noventa se recuperó el interés por la donación en asistolia al considerarse una vía con gran potencial para aumentar la disponibilidad de órganos y reducir las listas de espera. En la actualidad, solo 26 países en todo el mundo cuentan con programas de donación en asistolia. España es el país que mayor tasa de donantes de este tipo tiene en el mundo y es el único que ha conseguido trasplantar todo tipo de órganos de estos donantes. El año pasado, de hecho, hubo por primera vez más donantes en asistolia que donantes en muerte encefálica». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Si en España hemos conseguido trasplantar todo tipo de órganos de estos donantes ha sido gracias a estrategias de preservación muy específicas, en particular una que se llama perfusión regional normotérmica, que se descubrió aquí en la década de los noventa. Por eso es importante hablar de este tipo de donación y de todas las posibilidades de investigación que trae consigo en el ámbito de la preservación y la validación de órganos». ― Beatriz Domínguez-Gil González
Los grandes debates en torno a los trasplantes
En los últimos años hemos visto, por ejemplo, el nacimiento del primer bebé gestado en un útero trasplantado. ¿Qué dilemas plantean este tipo de avances?
«Estamos acostumbrados a plantear el trasplante como algo válido para órganos vitales para la supervivencia. Este otro tipo de trasplantes plantean dilemas económicos, centrados en si el sistema público debe o no costearlos, y dilemas éticos, como por ejemplo qué necesidad puede llegar a tener una persona de tener un hijo. Todos tienen pros y contras. Aun así, creo que no es justo comparar un tipo y otro de trasplantes, no es justo ponerlos en la misma balanza». ― Oriol Bestard Matamoros
«Cuando se realizan innovaciones muy disruptivas siempre se pasa por un periodo de rechazo. Cuando Cristiaan Barnard hizo el primer trasplante cardíaco y los pacientes fallecían en cuestión de días, se le planteó la ética de lo que estaba haciendo. Hoy nos posicionamos con cautela respecto al trasplante de útero, pero a lo mejor en diez años lo hemos normalizado. Aun así, deberíamos pensar que la esterilidad está reconocida como enfermedad, por lo que la cuestión que hay que debatir es la proporcionalidad de las medidas que se deben adoptar para tratar esa enfermedad». ― Beatriz Domínguez-Gil González
«Otro asunto es qué supone el trasplante de útero actualmente. Se hace con una donante viva que debe someterse a una histerectomía muy agresiva. Por otro lado, la receptora se somete a una terapia inmunosupresora, lo que significa que, si finalmente se produce la gestación, el feto se desarrollará en un contexto de inmunosupresión. Por último, la receptora debe someterse a una nueva extracción del útero una vez ha cumplido la función. Así que la pregunta creo que debe ser si esto es proporcionado a lo que tratamos de resolver. Creo que muchas de estas cuestiones se irán entendiendo con el tiempo y hoy no es fácil posicionarse en un sí o un no». ― Beatriz Domínguez-Gil González
¿Qué dilemas plantea hacer que crezcan órganos humanos dentro de otros animales?
«Todas las cosas nuevas que aparecen en medicina generan un poco de rechazo al principio. En el caso de la generación de órganos humanos en cerdos con células madre, hablamos de generar unos organismos que son cerdos, pero también parcialmente humanos. Además, las células madre humanas siempre pueden ir a otras regiones que no nos interesan, como el cerebro, y tener un cerdo con una parte del cerebro humana sería algo éticamente muy controvertido. Lo que tenemos que hacer es explicar bien qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Si en el momento en que se realicen los primeros ensayos clínicos estos órganos funcionan y consiguen salvar vidas, creo que poco a poco irán viéndose como algo más normal». ― Xabier Aranguren López
¿Y el uso de la inteligencia artificial en medicina plantea reticencias?
«Los que mejor la aceptan son los pacientes, que siempre son mucho más abiertos que los profesionales a la hora de considerar las nuevas tecnologías. Es verdad que en profesionales con mucha experiencia puede generar conflictos que una herramienta les diga algo distinto a lo que ellos consideran, pero la realidad es que los algoritmos van a estar entrenados con tantos datos que es imposible pensar que en nuestra vida profesional podamos conseguir valorar tantos casos». ― Concepción Gómez Gavara