Instantánea CaixaResearch: Los Sintrocitos©, una estrategia innovadora en el control de la gripe
Publicado el 29/11/2024
Cada temporada, con la llegada de la gripe, las vacunas vuelven a ser noticia. Sin embargo, la verdadera batalla ocurre durante todo el año en laboratorios de todo el mundo donde los investigadores intentan anticiparse a un virus que, gracias a su alta capacidad de mutación, se reinventa constantemente para eludir las defensas de nuestro organismo.
Esta habilidad de adaptación obliga a los científicos a actualizar las vacunas una y otra vez en un esfuerzo por mantener a la población protegida frente a las variantes emergentes.
En la actualidad, un método avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es clave para monitorear el virus: los ensayos de hemaglutinación (HA) e inhibición de la hemaglutinación (HAI). Estas técnicas, que se basan en la capacidad del virus de la gripe para unirse a los glóbulos rojos (eritrocitos), permiten a los científicos caracterizar los virus circulantes en cada estación y estudiar la respuesta inmunológica de la población. Aunque eficaces y económicas, dependen de glóbulos rojos «frescos», con una vida útil de apenas una semana, lo que obliga a trabajar contra reloj.
¿Pero qué pasaría si existieran glóbulos rojos artificiales, diseñados específicamente para estas técnicas, que pudieran producirse en grandes cantidades, más estables y que además facilitasen la estandarización mundial de los métodos de la OMS? Esta fue la visión de Eva Baldrich, quien decidió hace siete años dar forma al proyecto Sintrocito©.
En el Vall d’Hebron Instituto de Investigación de Barcelona, Eva y su equipo crearon unas micropartículas que emulan los glóbulos rojos y que llevan incorporados en superficie receptores específicos del virus de la gripe, y las bautizaron como Sintrocitos. En los ensayos de aglutinación con Sintrocitos (SynA), estas partículas mostraron una unión rápida y específica con diferentes cepas de virus que imita los resultados obtenidos con los glóbulos rojos.
Hasta ahora, estos Sintrocitos han demostrado una mayor reproducibilidad y estabilidad, y a diferencia de los glóbulos rojos frescos, se pueden conservar deshidratados, lo que facilita su producción a gran escala, su transporte y su almacenamiento.
En estos momentos, la tecnología está siendo testada en colaboración con investigadores del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, en Estados Unidos, el centro de enfermedades infecciosas más importante del mundo, un gran hito para el proyecto Sintrocito©.
Ahora, el equipo de Eva se enfrenta a un nuevo reto: mejorar la sensibilidad de los Sintrocitos, ampliar su capacidad para detectar más virus y así mismo reducir los costos de producción. El siguiente paso es encontrar aliados en la industria para escalar la producción y llevar esta innovadora solución al mercado.
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