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Ensayos clínicos, la puerta a nuevos tratamientos contra el cáncer

Publicado el 20/05/2022

Curar el cáncer, ¿es posible? Son muchos los investigadores que creen que lograrlo depende, sencillamente, de conocer mejor cada tumor y la respuesta a los tratamientos de cada paciente. 

Por eso, en 2010 nació la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer (UITM)-CaixaResearch del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) con el impulso de la Fundación ”la Caixa”. Desde su creación, su objetivo ha sido siempre el mismo: mejorar los tratamientos personalizados para cada tipo de tumor y cada paciente. Y el éxito ha sido rotundo. En poco más de 10 años, la UITM-CaixaResearch ha participado en ensayos clínicos que han permitido aprobar más de 40 nuevos fármacos. Y solamente en 2021 se ha tratado a 1.389 pacientes en 207 ensayos clínicos, una cifra que aumenta cada año y que supone casi un 10 % más que en 2020. 

En algunos casos, el objetivo es extremadamente ambicioso: desarrollar un primer tratamiento para un tipo de cáncer muy concreto. Significa dar una oportunidad, muchas veces la única, a los pacientes que lo padecen, porque a la mayoría de ellos no les han funcionado los tratamientos previos estándar para su patología, o bien hasta la fecha no existía un tratamiento específico para ella. 

Hoy, en el Día Mundial de los Ensayos Clínicos, os contamos una de estas historias, la del avapritinib, el primer fármaco para pacientes con cierta mutación en un tipo de sarcoma llamado GIST. Hablamos de ello con el doctor César Serrano —que lidera el Grupo de Investigación Traslacional del Sarcoma en el VHIO y que también es médico especialista en el Hospital Vall d’Hebron—, quien participó en el diseño y la ejecución del ensayo clínico que derivó en su aprobación

¿Qué es un sarcoma? 

Los sarcomas son enfermedades raras responsables del 1-2 % de los diagnósticos de cáncer. Afectan inicialmente al tejido conectivo y, en función de este tejido, se conocen hasta 70 tipos de sarcoma. Esta complejidad hace que cada tipo particular de sarcoma sea especialmente raro. Por ejemplo, el GIST, que se origina en el estroma gastrointestinal, es el más frecuente, pero no hay más de 800 casos en España al año.

Hablas del GIST como de un sarcoma especialmente raro. ¿Cuántas personas lo padecen? 

Al Campus Vall d’Hebron de Barcelona, el segundo centro hospitalario de España y centro nacional de referencia en el tratamiento de los sarcomas, llega un nuevo paciente de sarcoma cada dos días, pero menos de 40 al año tienen GIST. Y solo uno de ellos sufre la mutación PDGFRA D842V, que hasta hace poco era distintiva de un cáncer sin tratamiento. 

Parecen pocos, pero los tumores «raros» suponen aproximadamente el 24 % de todos los casos de cáncer. Sin embargo, como la investigación y el desarrollo de nuevas terapias para los tumores minoritarios son escasos, la esperanza de vida de los pacientes que los sufren está por debajo de la de otros pacientes oncológicos. 

La eficacia del nuevo fármaco, el avapritinib, es muy alta. ¿Por qué? 

Es un ejemplo paradigmático de lo que llamamos el modelo de adicción oncogénica, en la que una mutación determina la biología del tumor. Y por eso resulta tan eficaz una terapia dirigida frente a esta mutación. Esta estrategia de la medicina de precisión ofrece ya tratamientos personalizados a un 10 % de los pacientes con cáncer. 

¿Y cuánto tiempo discurre entre el ensayo clínico y la aprobación del fármaco? 

En el caso del avapritinib, el ensayo con humanos empezó en octubre de 2015 y finalizó en enero de 2017. Y la aprobación llegó tanto en Estados Unidos como en Europa en 2020. En total, menos de 5 años y un éxito para pacientes con tumores raros, donde los ensayos clínicos pueden complicarse mucho porque cuesta encontrar un número suficiente de pacientes. 

¿Cuál fue tu papel, y el del VHIO, en el desarrollo de este fármaco? 

Estuvimos desde el principio. Yo formé parte del equipo científico que diseñó el ensayo, en el que participaron 5 centros en los Estados Unidos y 6 centros europeos. Logramos incluir a 256 pacientes con GIST, 56 de ellos, con la mutación PDGFRA D842V. 

¿Y qué sucedió? 

El 100 % de los pacientes con la mutación reaccionó al tratamiento, y lo que llamamos la población de seguridad, el resto de los pacientes con GIST del estudio, nos permitió comprobar también que era un medicamento con toxicidad baja. 

¿Por qué no fueron necesarios ensayos de fase 2 o 3 para su aprobación

Teníamos una población reducida, pero molecularmente muy bien definida y en todos los casos el tratamiento funcionó. Además, se hicieron otros estudios paralelos que nos permitieron comprobar su seguridad, entre ellos, una comparativa con otro tratamiento de tercera línea para tumores GIST que incluyó a unos 400 pacientes. 

Y tres años después de finalizar el ensayo clínico en fase 1, un estudio de seguimiento de los participantes con la mutación PDGFRA D842V mostró resultados muy robustos: un 91 % de tasa de respuesta, es decir, con una disminución significativa del tumor, y 34 meses de supervivencia promedio libre de progresión. 

¿Qué significa para ti trabajar con pacientes en los ensayos clínicos? 

Mi trabajo tiene un lado muy emocionante. Dar con un tratamiento para un cáncer que no lo tenía significa que, tras cirugías y numerosos tratamientos fallidos, de repente el paciente entra en el ensayo clínico y su tumor empieza a decrecer. Incluso algunos pacientes que se encontraban muy mal mejoraron rápidamente. Es lo que llamamos el “efecto Lázaro”. Y las emociones que esto provoca en los pacientes, en sus familias y en nosotros es algo que da sentido a todo lo que hacemos. 

Entiendo que un ensayo es algo complejo. ¿Quién hay detrás de estos estudios? 

Somos muchos. Y es un privilegio formar parte de este gran equipo. Por un lado, contamos con la UITM-CaixaResearch, un equipamiento moderno y con todos los recursos que necesitamos, que para ensayos en fase 1 son muchos. Y, por otro lado, está el equipo de apoyo y de enfermería, que organiza cada detalle para que los pacientes estén cómodos y no perciban la complejidad de cada paso. 

¿Marca la diferencia estar en el Vall d’Hebron y contar con la UITM-CaixaResearch? 

Sin duda. Estas instalaciones y este equipo son únicos en España. Cuando cualquier farmacéutica tiene interés en que un ensayo clínico de fase 1 aterrice en España, pregunta siempre primero por el Vall d’Hebron. 

Yo soy médico y soy investigador. Y eso me da una visión y una aproximación al tumor muy especial. En todo momento veo al paciente y sus necesidades, y a la vez, el tumor y sus características moleculares. Y la UITM-CaixaResearch ofrece el punto de encuentro entre estas dos facetas: la investigación, porque no olvidemos que un ensayo clínico en fase 1 es todavía una investigación, y los pacientes. Y esta combinación es lo que buscan también muchas farmacéuticas para crear los equipos que lideran sus ensayos clínicos. 

¿Y qué sucede tras la aprobación? ¿De repente, todos los pacientes tienen acceso al tratamiento? 

La realidad es algo más compleja. Porque, aunque presentamos estos trabajos en congresos, no es fácil que todos los médicos que atienden a pacientes se enteren rápidamente. Y no es raro que, para un paciente con GIST en una ciudad pequeña de España, el diagnóstico y el tratamiento personalizado sean más difíciles. 

¿Y cómo podemos acelerar esta traslación final a la práctica clínica? 

Pues conectando con los pacientes y creando redes asistenciales. En nuestro caso, somos miembros del grupo GEIS, que reúne a los mejores equipos y centros hospitalarios de España en sarcomas y los conecta con las asociaciones de pacientes. A través del grupo GEIS, por ejemplo, se puede enviar una muestra tumoral al Vall d’Hebron y, si su análisis molecular muestra la mutación PDGFRA D842V, el equipo médico local podrá solicitar el tratamiento con avapritinib. 

Otra opción es que su médico pida la derivación a un centro de referencia o CSUR, como se les conoce en la jerga clínica. Y una vez que los pacientes llegan al Vall d’Hebron, nosotros ya ponemos todo nuestro equipo a su disposición. De hecho, aquí tratamos no solo a pacientes de Cataluña, sino también de toda España, incluso, de otras partes del mundo. 

¿Es el avapritinib tu primer caso de éxito en fármacos oncológicos? 

No. Soy una persona afortunada, participé también activamente en el desarrollo clínico de ripretinib, otro tratamiento para pacientes con GIST que se acaba de aprobar recientemente. Y gracias al trabajo en mi laboratorio, donde trabajamos modelos preclínicos, hemos logrado dar el salto a diferentes ensayos clínicos de fase 1. 

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