Con paso firme contra el alzhéimer
Publicado el 21/09/2021
Somos, en gran medida, el resultado de nuestros recuerdos. Sentimos, aprendemos, construimos nuestro día a día de acuerdo con lo que ya hemos vivido. Por eso, enfrentarse al olvido significa desconfigurar buena parte de quien somos.
La pérdida de memoria es uno de los síntomas más temidos de las personas que sufren demencia y de sus allegados. Entre los pacientes, que superan los 50 millones actualmente, un 60 o 70 % padecen alzhéimer. Y según estimaciones de la OMS, esta cifra alcanzará los 150 millones en 2050.
El alzhéimer es una enfermedad degenerativa compleja y todavía muy desconocida, que puede empezar a dañar silenciosamente el cerebro hasta 20 años antes de los primeros síntomas. Y es precisamente la necesidad de entender qué le sucede al cerebro durante este período asintomático —y lo que podemos hacer para prevenir o retrasar su aparición— que unió el compromiso de la Fundación ”la Caixa” y la Fundación Pasqual Maragall en el impulso de la investigación. Con la creación del Barcelona Beta Research Center (BBRC) y el Estudio Alfa, ambas fundaciones siguen avanzando en su firme compromiso hacia un futuro sin alzhéimer.
Desde 2010, la contribución de la Fundación ”la Caixa” a la investigación del BBRC ha sido de más de 15 millones de euros. Hoy, con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, destacamos algunos de los resultados más importantes fruto de esta colaboración.
Estudio Alfa, la mayor cohorte de voluntarios para la prevención del alzhéimer
Hoy en día, no existe ningún tratamiento que revierta el alzhéimer. Por eso, la prevención es una de las líneas principales de investigación para poner freno a esta enfermedad. El Estudio Alfa, iniciado en 2013, ha reunido a la cohorte de voluntarios más grande del mundo en la investigación para la detección precoz y prevención del alzhéimer. Actualmente cuenta con más de 2.700 voluntarios, que en el momento de enrolarse tenían entre 45 y 75 años y no mostraban déficits cognitivos –el 80 % de ellos, hijos o hijas de personas con alzhéimer.
A pesar de que todavía no conocemos en profundidad el origen y desarrollo del alzhéimer, sabemos que la acumulación en el cerebro de fragmentos de una proteína llamada beta-amiloide y de una forma anormal de la proteína tau están asociadas a la aparición de los síntomas.
El Estudio Alfa se basa en estudios genéticos y familiares, test de memoria y resonancias magnéticas, entre otras pruebas, que han permitido identificar nuevas posibles dianas terapéuticas en la prevención de esta demencia. Los resultados más importantes hasta el momento son:
- Las personas cognitivamente sanas pero con un mayor riesgo de padecer alzhéimer –los portadores del gen APOE-Ɛ4 y las personas que perciben una disminución de su capacidad cognitiva incluso antes de que este deterioro sea distinguible del propio de la edad– presentan alteraciones morfológicas en ciertas áreas del cerebro asociadas al alzhéimer.
- Además, entre los portadores del gen APOE-Ɛ4, se ha demostrado que la ingesta de pescado azul está asociada a una mayor preservación cortical en zonas del cerebro afectadas por el alzhéimer, que indicarían una disminución del riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Se ha determinado el umbral mínimo para la acumulación patológica de la proteína beta-amiloide y la detección en la fase preclínica de biomarcadores de la proteína tau fosforilada en el plasma sanguíneo y en el líquido cefalorraquídeo. Estos resultados permitirán que personas con una fase muy incipiente de acumulación anómala puedan participar en programas de prevención para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
- Se han descrito cambios en el rendimiento cognitivo y la estructura cerebral de personas con insomnio que apuntan a procesos inflamatorios que podrían tener un papel clave en la asociación entre la calidad del sueño y el alzhéimer.
- Las personas con cuadros de ansiedad o depresión, así como en el caso de las mujeres, el hecho de tener una edad cercana al momento de la aparición de síntomas de alzhéimer en el padre o la madre son también factores de riesgo a tener en cuenta en las estrategias y ensayos clínicos de prevención.
Además, en una colaboración del BBRC con el ISGlobal, centro de investigación impulsado también por la Fundación ”la Caixa”, se descubrió que las personas expuestas a más contaminación del aire tienen un menor grosor cortical y mayor atrofia cerebral en regiones relacionadas con el alzhéimer. En otra colaboración con el consorcio Amyloid Imaging to Prevent Alzheimer’s Disease (AMYPAD), del cual BBRC es socio, se logró mejorar la detección precoz del alzhéimer con técnicas de tomografía por emisión de positrones (PET).
Actualmente, el equipo del BBRC está estudiando los efectos del confinamiento provocado por la COVID-19 o si hay factores sanguíneos que rejuvenecen el cerebro, y trabaja para llevar a la clínica un nuevo algoritmo que permita mejorar la eficacia de los estudios de prevención.
“Gracias al gran apoyo sostenido de la Fundación ”la Caixa” y a la magnífica predisposición de los participantes, disponemos de datos extremadamente valiosos y precisos para investigar. La calidad de este estudio y sus resultados sitúan este proyecto como referente internacional en la prevención del alzhéimer”, explica Karine Fauria, gerente científica del Barcelonaβeta Brain Research Center.
En palabras de Àngel Font, director corporativo de Investigación y Salud de Fundación ”la Caixa”: “En la Fundación estamos firmemente comprometidos en la lucha contra el alzhéimer y las enfermedades neurodegenerativas”. Además de esta década de colaboración con la Fundación Pasqual Maragall y el Barcelonaβeta Brain Research Center, a través del Programas CaixaResearch de Investigación e Innovación, desde 2000 también hemos apoyado otros 160 proyectos liderados por 62 centros en España y Portugal.
Miles de gracias para miles de voluntarios
Pero la determinación del BBRC y el apoyo de la Fundación ”la Caixa” no serían suficientes sin la gran disposición de los más de 2.700 voluntarios que componen la cohorte Alfa.
Desde el diagnóstico de alzhéimer de su madre, Joan Carles Manzanero ha tenido claro que quería hacer lo posible para ayudar a acabar con esta afección degenerativa y devastadora. Por eso él fue uno de los primeros voluntarios de la cohorte Alfa. “Si ahora podemos beneficiarnos de antibióticos y vacunas como la poliomielitis, la rubéola o la hepatitis, es gracias al esfuerzo de miles de personas de generaciones anteriores que confiaron en los científicos de su época”, comenta. Es su esperanza de que la confianza que ahora él deposita en los investigadores de BBRC se traduzca en un mundo libre de alzhéimer para las generaciones futuras.
La historia de Manzanero es solo una de las miles de historias del Estudio Alfa. A todos, a todas: ¡gracias!