Nuevos avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de vejiga, uno de los tumores más frecuentes
Publicado el 27/09/2024
En las últimas décadas se han logrado importantes avances en el diagnóstico y tratamiento de diversos tipos de cáncer, pero el manejo clínico de los pacientes con cáncer de vejiga ha permanecido prácticamente sin cambios durante los últimos 40 años.
El cáncer de vejiga es uno de los 10 más comunes en el mundo y el quinto más frecuente en España. Es mucho más frecuente en los hombres que en las mujeres y está muy ligado al tabaquismo.
Detectarlo en sus etapas iniciales es crucial para mejorar el pronóstico de los pacientes. Este tipo de tumores se desarrollan en el urotelio, la capa de células que recubre el interior de la vejiga, y se dividen en dos tipos: superficiales o invasivos. Afortunadamente, el 70 % de los cánceres de vejiga son superficiales y estos tienen buen pronóstico. Sin embargo, si no se detectan o tratan a tiempo, estos tumores pueden progresar a invasivos, perforar la mucosa y llegar a invadir la capa muscular de la vejiga, lo que conlleva un peor pronóstico y requiere un tratamiento diferente.
En la actualidad, el diagnóstico del cáncer de vejiga sigue siendo especialmente complejo debido a la inespecificidad de los síntomas iniciales y a la falta de métodos de detección eficaces y no invasivos. Además, su tratamiento presenta importantes desafíos.
El pasado 25 de septiembre organizamos un nuevo Debate CaixaResearch sobre esta enfermedad donde tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo de tres especialistas e investigadores de nuestra red que están abordando estos retos en sus proyectos de investigación:
- Marta Dueñas, investigadora responsable del grupo de Oncología Genitourinaria y Celular y Molecular del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12) de Madrid.
- Samuel Sánchez, líder del grupo de Nanobiodispositivos Inteligentes y profesor de investigación ICREA en el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) de Barcelona.
- Antoni Vilaseca, médico adjunto del Servicio de Urología del Hospital Clínic de Barcelona, investigador en el grupo de Genética y Tumores Urológicos del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y profesor asociado en la Universitat de Barcelona (UB).
La moderadora del debate, Esther Armora, periodista del ABC especializada en ciencia y salud, guio la conversación. Estas son las ideas principales que los tres expertos trataron en el debate:
Las características del cáncer de vejiga
- ¿Cuáles son los principales síntomas?
«Uno de los síntomas más frecuentes es la aparición de sangre en la orina, pero también las molestias al orinar o el aumento de la frecuencia miccional, es decir, la cantidad de veces que una persona orina en un período de tiempo. En condiciones normales, una persona suele orinar entre 4 y 8 veces al día». — Antoni Vilaseca.
- ¿Cuáles son los factores de riesgo que contribuyen a la aparición de la enfermedad?
«El tabaco es un factor de riesgo claro para este tipo de tumor. En cuanto a la alimentación, no parece haber una relación clara ni tampoco con la genética. Sin embargo, la exposición a colorantes, tintes o hidrocarburos sí se ha asociado con un mayor riesgo. ¿Por qué? Porque este tumor se desarrolla en las células que recubren el interior de la vejiga y, por lo tanto, estas células están en contacto con la orina, que contiene ciertos químicos. Esto hace que haya una mayor predisposición al cáncer de vejiga en personas que hayan estado en contacto con ciertas exposiciones químicas». — Antoni Vilaseca.
- ¿Cómo se diagnostica el cáncer de vejiga actualmente? ¿Existe algún método de detección precoz?
«Actualmente, no existe un protocolo de cribado para la detección temprana del cáncer de vejiga en personas asintomáticas. Cuando aparecen los síntomas, la primera prueba que se realiza es un análisis de orina, seguido de una ecografía para visualizar la vejiga y detectar posibles masas o tumores. Por último, se lleva a cabo una cistoscopia, que implica introducir una sonda con cámara a través de la uretra para examinar directamente el interior de la vejiga». — Antoni Vilaseca.
- Cada año se diagnostican 500.000 nuevos casos de cáncer de vejiga en el mundo. Su alta tasa de reaparición lo convierte en uno de los tipos de cáncer que más recursos económicos demandan al sistema sanitario. En la actualidad, la primera opción terapéutica es un tipo de inmunoterapia, la BCG. ¿Cuáles son los principales desafíos de este tratamiento?
«El tratamiento actual para el cáncer de vejiga presenta varios desafíos. Uno de los principales es su elevado porcentaje de reaparición, ya que puede volver a surgir en un 70 % de los casos tras el tratamiento. Además, muchas veces, el nuevo tumor es más agresivo que el anterior. Por ello, los pacientes necesitan someterse a pruebas de seguimiento de 2 a 4 veces al año durante al menos 5 años y aun así se pueden pasar por alto tumores pequeños o invisibles a escala macroscópica. Otro reto importante es lograr que el fármaco alcance capas profundas, lo cual solo resulta efectivo en el 50 % de los pacientes. Además, los efectos secundarios del tratamiento son una preocupación adicional. A esto se suma el desafío de que la orina elimina el fármaco al ser expulsada, lo que provoca una pérdida de efectividad. Por ello, es crucial desarrollar nuevas estrategias terapéuticas». — Samuel Sánchez.
«Si el cáncer evoluciona y llega a invadir la capa muscular de la vejiga, nos encontramos entonces con un tumor invasivo. Cuando esto pasa, el tratamiento es distinto. Lo que hacemos es una intervención para extirpar la vejiga entera. Lo que solemos hacer es crear una nueva vejiga aislando un fragmento de intestino, que luego se adhiere externamente al abdomen. Esto tiene un impacto estético y funcional muy importante para el paciente, además de unas curas y unos controles específicos». — Antoni Vilaseca.
Nuevas estrategias en el diagnóstico y el tratamiento de uno de los tumores más frecuentes
- El equipo liderado por la doctora Marta Dueñas ha desarrollado una estrategia para diagnosticar la enfermedad a través de una simple analítica de orina. ¿Cómo funciona exactamente?
«Hemos desarrollado un sistema de detección precoz no invasivo que se basa en la identificación de moléculas en la orina producidas por las células tumorales, lo que nos permite detectar la presencia del tumor. Con la misma precisión que se utiliza actualmente en la práctica clínica, podemos identificar qué pacientes tienen cáncer y cuáles no, así como detectar casos de reaparición, que es uno de los principales desafíos de esta enfermedad. En otras palabras, el sistema que hemos desarrollado permite hacer un seguimiento continuado de los pacientes de manera sencilla, evitando métodos de diagnóstico tradicionales como la cistoscopia, que son invasivos, molestos y recurrentes para el paciente».— Marta Dueñas.
- ¿Qué supondría la implantación de esta herramienta de diagnóstico tanto para el paciente como para el sistema sanitario?
«Nuestra herramienta diagnóstica, con una precisión superior al 90 % a las pruebas realizadas hasta la fecha, ha demostrado ser más efectiva que la cistoscopia y otros sistemas ya aprobados porque localiza incluso los tumores de bajo grado, que ahora no suelen ser detectados. Además, este sistema nos permite predecir, antes de iniciar la terapia, qué pacientes se beneficiarán de la inmunoterapia actual y a qué pacientes no les va a funcionar y tendrán que recurrir a terapias alternativas. Predecir esta respuesta nos permite ahorrar sufrimientos a los pacientes que no se puedan beneficiar de este tratamiento, así como gastos innecesarios al sistema sanitario».— Marta Dueñas.
- Una alternativa prometedora a los tratamientos actuales es el uso de nanopartículas capaces de dirigir el fármaco directamente al tumor. En el proyecto Bladdebots, liderado por Samuel Sánchez y en el que también participa Antoni Vilaseca, se ha conseguido desarrollar nanorrobots que atacan las células cancerígenas. ¿En qué consiste el proyecto y en qué fase está?
«Hemos conseguido administrar el fármaco directamente a la vejiga mediante el uso de nanorrobots. Los nanorrobots son partículas autopropulsadas, como si fueran vehículos que transportan el fármaco a las células cancerígenas. La orina es el combustible que hace que estos nanorrobots se muevan y, gracias a este movimiento, consiguen llegar a las células cancerígenas transportando el fármaco para destruir así el tumor. Con una sola dosis del fármaco administrada mediante estos nanorrobots reducimos el 90 % del volumen del tumor. A diferencia del tratamiento actual para el cáncer de vejiga, la ventaja de los nanorrobots es que permiten tratamientos dirigidos, lo cual aumenta la eficacia y reduce la toxicidad y los efectos adversos. Esto es lo que hemos conseguido demostrar en los ensayos con ratones; prevemos estar testeándolo en ensayos clínicos con humanos dentro de un par de años». — Samuel Sánchez.
La importancia de seguir concienciando sobre el cáncer de vejiga
«Es fundamental fomentar una mayor conciencia social y por parte de las administraciones sobre el cáncer de vejiga. La detección precoz juega un papel crucial en prevenir que el tumor progrese de superficial a invasivo, ya que, al invadir el músculo, la mortalidad puede alcanzar un 50 %. Mantenernos atentos a cualquier síntoma, por mínimo que sea, es esencial porque, aunque en el corto plazo no parezca grave, puede evolucionar y tener consecuencias serias. Debemos trabajar juntos para promover esta conciencia y mejorar la salud pública». — Samuel Sánchez.
«Este cáncer, aunque no es tan conocido en el ámbito social, ha comenzado a recibir más atención en los últimos años, tanto en la investigación como en la sensibilización. La percepción social e institucional han mejorado notablemente, lo que es un avance significativo. Si bien aún queda mucho trabajo por hacer, estamos en el buen camino hacia un mayor reconocimiento y apoyo para la investigación en esta área». — Marta Dueñas.