Valentín Fuster revela las claves de la investigación de alta calidad
Publicado el 23/01/2019
Post de ”la Caixa”
Valentín Fuster es uno de los cardiólogos más prestigiosos del mundo. Instalado en Estados Unidos desde hace más de cuarenta años, es Physician-in-Chief del Hospital Mount Sinai de Nueva York, además de ser el director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) de Madrid y fundador de la Fundación SHE, impulsada por ”la Caixa” y dirigida a reducir la prevalencia de la enfermedad cardiovascular en la población a través de tres enfoques: la ciencia, la salud y la educación.
Su labor investigadora le ha llevado a publicar más de 400 artículos sobre afecciones de las arterias coronarias, arteriosclerosis y trombosis. En el año 2018, su proyecto sobre aterosclerosis fue seleccionado en la Convocatoria de Investigación en Salud de ”la Caixa”. Hablamos con él sobre las condiciones necesarias, tanto en el ámbito social como en el personal, para forjar a los investigadores del futuro.
¿Cómo podemos mejorar la manera en que hacemos ciencia?
Para que una investigación tenga éxito, yo creo que hay tres aspectos fundamentales. El primer aspecto es el sentido de creatividad. Es muy importante para la sociedad y para la economía de una sociedad tener una filosofía creativa, una filosofía que se mueve con el tiempo. El segundo sería el leadership, que consiste en motivar a la gente, hacerles ver que todos nos necesitamos a todos. ¿Quiénes son los líderes? Yo creo mucho en los sistemas horizontales. En mi equipo de investigación, soy uno más. Mi misión es distinta a la de mi secretaria, pero básicamente todo el mundo juega un papel muy importante. ¿Cuál es el más importante? Creo que no lo puedo decir.
¿Y el tercer aspecto?
La financiación. Por una parte, es fundamental obtener financiación del gobierno y estar motivados con una cultura gubernamental que va hacia la investigación. Pero creo que el dinero también puede venir de muchas otras fuentes. El ejemplo de ”la Caixa” es un ejemplo, para mí, esencial. Hoy en día, se trata de la fuente de subvención de la investigación más importante que tenemos en España. La financiación ha de venir, además, siempre con un elemento crítico y enfocada a subvencionar una investigación de alta calidad.
¿Cómo podemos aumentar la calidad de la ciencia?
Se necesita un proceso de elección de los mejores investigadores y de los mejores proyectos. Nosotros, con la fundación SHE, vamos a todo el sistema de escuelas de España e intentamos identificar a los chavales, de quince o dieciséis años, que se muestran más predispuestos, más curiosos, con un buen currículo. Les damos una beca y vienen al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, donde están tres o cuatro semanas y se motivan. Estos serán los investigadores del futuro.
¿Y los que no son tan jóvenes?
Lo importante es motivar a la gente que tiene el talento. Y prepararlos para luchar contra la adversidad, que desarrollen resiliencia. Tener confianza en el talento de uno mismo y estar dispuesto a trabajar de una manera muy permanente, y aceptar que hay altibajos. Si uno no tiene esto, ser investigador hoy en día es muy difícil.
Yo mismo acabo de sacar una beca y probablemente soy el que tiene más edad de todos los que han aplicado. Más allá de la edad, la ciencia es vocación y entusiasmo. Si uno está motivado, ¿qué le importa la edad que tiene? Para mí, no hay edad.