“Si habito en tu memoria”
Publicado el 20/09/2019
Escribía el escritor uruguayo Mario Benedetti en su poema Señales:
“… si habito en tu memoria, no estaré solo”.
Una declaración que refleja perfectamente el anhelo que siente todo aquel que convive cerca de un ser querido con demencia. Mario Benedetti lo sabía. Y lo sabía muy bien, ya que perdió a su mujer, Luz López Alegre, por culpa del alzhéimer.
La enfermedad de Alzheimer es, en realidad, la causa de demencia más frecuente en todo el mundo, afectando a unos 46 millones de personas. Con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, nos hemos propuesto “habitar” la función de la memoria junto con dos neurocientíficos de prestigio internacional. Se trata de José Luis Molinuevo, Director Científico del Programa de Prevención del Alzheimer de Barcelonaßeta Brain Research Center, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, entidad impulsada por ”la Caixa”, y Li-Huei Tsai, directora del Instituto Picower de Aprendizaje y Memoria del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El objetivo de este ejercicio no es otro que compartir nuevos y prometedores enfoques que podrían prevenir y vencer, de una vez por todas, esta enfermedad.
Esquivando al alzhéimer
El cerebro empieza a acumular los daños causados por el alzhéimer hasta 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas, y son una serie de factores los responsables de acelerar o retrasar la sintomatología de la enfermedad. La actividad física, la estimulación intelectual o una alimentación saludable son, por ejemplo, algunos de los condicionantes que permiten al cerebro esquivar durante más tiempo el olvido provocado por el alzhéimer.
¿Qué sucede en el cerebro en estas fases iniciales?, ¿qué precipita la degeneración neural? o ¿cómo se puede diagnosticar el alzhéimer antes de que aparezcan las primeras pérdidas de memoria? son algunas de las cuestiones que se abordan desde el Estudio Alfa, un ambicioso proyecto que monitoriza a lo largo de los años a más de 2.700 sujetos sanos con antecedentes familiares de alzhéimer, en su mayoría. Según Molinuevo, líder del proyecto, “buscamos identificar aquellas prácticas que resultan beneficiosas a la vez que hallamos biomarcadores que podrían ser determinantes en la evolución del alzhéimer”.
En otras palabras, desde el 2013 el proyecto Alfa estudia como los hábitos de vida afectan el cerebro y las funciones cognitivas de personas sanas con predisposición a padecer la enfermedad de Alzheimer. “Nuestro objetivo es acumular conocimiento que nos permita actuar antes de que sea demasiado tarde. O sea, antes de que los daños ya sean irreversibles”, concluye Molinuevo.
Ondas curativas
La actividad neuronal de nuestro cerebro muestra diferentes patrones en función de lo que estamos haciendo. Es lo que se conocen como ondas cerebrales. Cuando el cerebro está involucrado en procesos cognitivos complejos, estas ondas son más rápidas y, por lo tanto, muestran frecuencias más elevadas. Son las denominadas ondas gamma.
Hace unos años, un equipo de científicos del MIT, liderado por la doctora Li-Huei, descubrió que ratones programados para padecer alzhéimer emitían un patrón de ondas gamma deteriorado, en comparación con el de sus compañeros sanos. Además, las investigaciones de Li-Huei demostraron, de nuevo en modelos de ratón, que mediante la estimulación de ondas gamma podían reducir los depósitos de proteínas amiloides tan típicos en las neuronas de un cerebro con alzhéimer.
Estos hallazgos dan lugar a un enfoque terapéutico totalmente innovador. “Sería un gran avance reproducir estos mismos resultados en pacientes de alzhéimer humanos. Conseguiríamos dar con un tratamiento efectivo y, a la vez, no invasivo”, afirma la Dra. Li-Huei. Aún más sorprendente es que la inducción de las ondas gamma se logra mediante la estimulación auditiva y visual de los pacientes. Es decir, mediante una terapia de luces y sonidos emitidos a una frecuencia determinada.