Si el cerebro me engaña ¿quién soy yo?
Publicado el 24/02/2014
Post de Ignacio Morgado. Catedra?tico de Psicobiologi?a en el Instituto de Neurociencia de la Universidad Auto?noma de Barcelona (UAB). Coordinador del curso «Cómo percibimos el mundo. Una exploración de la mente y los sentidos» (CosmoCaixa Barcelona, del 8 de mayo al 5 de junio de 2013). Comisario de la exposición «Ilusionismo, ¿Magia o Ciencia?» (Plaça de la Llibertat – Reus. Del 30 de enero al 13 de marzo de 2014).
Imagen: cerebro humano. Fuente: Visuals Unlimited
No es extraño oír a veces expresiones como «mi cerebro me engaña» o «mi cerebro sabe lo que voy a decidir antes de que yo tome las decisiones». Pero si nos expresamos diciendo que el cerebro nos engaña, quizás sin darnos cuenta estamos presuponiendo algo que en realidad no existe. Porque, ¿quién soy entonces yo? ¿La carcasa que queda cuando se extrae el cerebro de mi cuerpo? Seamos realistas, si analizamos nuestra propia naturaleza nos damos cuenta de que, antes que nada, somos nuestro cerebro y la mente creada por e?l. Por extraño que parezca, la mente es lo más propio y familiar que tenemos, aquello con lo que cada uno de nosotros más se identifica. Lo que no está en nuestra mente es como si no existiera para nosotros y si el cerebro se altera, la mente también lo hace. Aunque resulte paradójico, el único modo que tenemos de conocer nuestro cuerpo es mediante la propia mente. Es decir, gracias a la mente llegamos al cuerpo del que ella depende, y no al revés. Por esa razón, si fuera posible trasplantar el cerebro de un cuerpo a otro, lo que en realidad estaríamos haciendo no sería un trasplante de cerebro, sino un trasplante de cuerpo.
Por otro lado, lo que sentimos conscientemente en cada momento no es lo que esta? pasando en el cerebro, el procesamiento mismo de la información, sino solo sus conclusiones. Y la consciencia es el resultado de ese procesamiento, que, como es lógico, antecede a la consciencia en unos milisegundos, algo tan natural como que la electricidad pase por el cable antes de que se encienda la bombilla.
Una de las cosas que hace el cerebro es que nos sintamos ubicados en nuestro propio cuerpo. Cuando nos desplazamos de un lugar a otro nuestra mente viaja con nuestro cuerpo, encerrada en él, como su prisionera permanente, eterna. No concebimos como natural que nuestra mente pudiera sentirse fuera de nuestro cuerpo. Pero esa percepción la crea el cerebro sincronizando lo que vemos con lo que tocamos y sentimos al mismo tiempo en nuestro cuerpo.
Y, aunque las sensaciones y percepciones se generan en el cerebro, no las sentimos en él, sino en la parte del cuerpo que es estimulada. Si nos tocan en una mano, sentimos el tacto en esa mano, y si lo hacen en la cara, lo sentimos en la cara, pero en realidad son las partes de la corteza cerebral que reciben la información de las manos y la cara las que originan esas sensaciones. Una prueba de ello es el síndrome clínico conocido como «el miembro fantasma», que ocurre en pacientes a los que se les ha amputado un brazo o una pierna y durante algún tiempo siguen manifestando tener sensaciones de tacto o dolor en ese miembro que ya no tienen. Y aún más sorprendente resulta la observación de que algunos pacientes que tienen dañado su cerebro pero no han sufrido amputaciones pueden manifestar la presencia de más de dos manos o dos pies, o incluso dejar de reconocer como propia una de sus piernas. Todo ello es prueba de que son el cerebro y la mente quienes crean las sensaciones y percepciones que tenemos de nosotros mismos y del mundo, llegando incluso a superar la realidad.
Más información
- Morgado, I. (2012). Co?mo percibimos el mundo: una exploracio?n de la mente y los sentidos. Barcelona: Ariel
- Exposición «Ilusionismo, ¿Magia o Ciencia?»
Multimedia
- Recursos eduCaixa de ilusionismo y ciencia (entrevista a Ignacio Morgado)
- Vídeo sobre la exposición «Ilusionismo, ¿Magia o Ciencia?»
- Descárgate la app móvil de la exposición «Ilusionismo, ¿Magia o Ciencia?» y aprende cómo funciona el cerebro con los trucos y juegos que te proponemos.