Placenta artificial: contribuir a salvar vidas de bebés prematuros extremos
Publicado el 03/12/2020
Los embarazos son tan antiguos como la humanidad, e incluso mucho más si nos remontamos a nuestros antepasados o a otras especies. Y aun así, la vida fetal sigue siendo una de las fases de mayor riesgo para el ser humano.
De hecho, la prematuridad extrema, es decir, el nacimiento antes de las 24 semanas de gestación, afecta a 25.000 familias cada año solo en Europa. Y aunque los avances en medicina han sido muchos, para estos bebés prematuros no ha habido mejoras significativas en los últimos veinte años.
Pero en los próximos cinco o seis años, la situación podría cambiar drásticamente.
Esta mañana se ha presentado en CosmoCaixa Barcelona una iniciativa de investigación disruptiva con el objetivo de devolver la esperanza a todas y cada una de estas familias. El proyecto para desarrollar una placenta artificial cuenta con el impulso de la Fundación ”la Caixa” y lo lidera el Dr. Eduard Gratacós desde BCNatal, un centro de referencia internacional en medicina fetal del Hospital Clínic de Barcelona y del Hospital Sant Joan de Déu.
Esta placenta artificial permitirá que el bebé pueda seguir su desarrollo natural en un entorno parecido al útero materno al que permanecerá conectado a través de su propio cordón umbilical. El objetivo es disminuir la mortalidad de estos bebés prematuros, así como las graves secuelas físicas y neurológicas que sufren más del 75 % de los supervivientes.
“Con el fin de revertir esta realidad y contribuir a salvar vidas, este proyecto pionero se convierte en una esperanza para los recién nacidos prematuros. Supone un gran reto para la medicina al que estamos muy orgullosos de contribuir”, ha explicado Isidro Fainé, presidente de la Fundación ”la Caixa”, durante la presentación del proyecto. En una primera fase, la Fundación ”la Caixa” destinará 3,35 millones de euros a este proyecto, y en una segunda fase, alcanzaría los casi 7 millones.
Los retos de un nacimiento extremadamente prematuro
Antes de los seis meses de gestación son muchos los órganos del feto, incluido el cerebro, que están poco desarrollados. “Un bebé de seis meses o menos de vida verdaderamente es un feto que debería estar viviendo dentro de su madre”, explica el Dr. Gratacós. “Una placenta artificial nos permite aprovechar la propia naturaleza del bebé y hacerlo sobrevivir en un medio artificial pero que para él es un medio natural.”
Efectivamente, la vida fuera de su madre expone a este bebé prematuro a cambios de temperatura, a una respiración mecánica y a la alimentación por sonda, por lo que su sistema nervioso, los pulmones y el corazón, así como sus intestinos y riñones, sufren un gran estrés, que a menudo ocasiona graves secuelas en la edad infantil y adulta.
Aunque la idea de una placenta artificial no es nueva –surgió hace más de 60 años–, su aplicación clínica ha tomado cuerpo gracias a los avances científicos de los últimos 10 años. Con la colaboración de un equipo multidisciplinario, el Dr. Gratacós y BCNatal se preparan para transportar con éxito un feto nacido con entre 500 y 1.000 gramos desde el útero materno hasta una bolsa artificial donde, rodeado de líquido, su cordón debe seguir recibiendo oxígeno y nutrientes, en lugar de que sus primeras semanas de vida se desarrollen en una incubadora, como sucede actualmente.
Pero antes de llegar a la aplicación clínica, son muchos los retos a resolver. Sobre los hitos iniciales en los próximos dos o tres años, el Dr. Gratacós enumera: “conseguir que un feto en un modelo animal sobreviva en una placenta artificial, que sobreviva haciéndolo nacer y que podamos demostrar que su cerebro, su corazón y otras partes de su organismo funcionan bien”.
Una investigación puntera y transformadora única en Europa
Los retos no son solo científicos y tecnológicos, sino también éticos. Tras la validación experimental en un modelo animal ovino, se deberán evaluar también los efectos a largo plazo en el desarrollo cerebral, cardíaco, pulmonar y metabólico, y valorar todos los aspectos éticos, incorporando la voz de familias que han tenido un bebé prematuro.
“Creo que es importante aclarar que no estamos hablando de un sistema de reproducción artificial, sino de darle una asistencia a un bebé que ya existe. Aun así, para un proyecto como este es imprescindible contar con un gran acuerdo de numerosos actores: pacientes, familias, expertos en bioética. Cómo lo vamos a hacer lo tenemos que decidir entre todos”, concluye con firmeza el Dr. Gratacós.
¿Cómo funciona una placenta artificial?
En la placenta artificial, el feto prosigue su desarrollo en una bolsa realizada con materiales biocompatibles que simula el interior del útero materno. Conscientes de la importancia de cada detalle, este sistema le protege de ruidos y luces, a la vez que reproduce sonidos similares a los que experimentaría en el vientre de su madre.
El feto respirará y se alimentará a través de su propio cordón umbilical, conectado a la placenta artificial mediante tres cánulas de unos 100 micrómetros de grosor y que le proporcionarán el oxígeno así como los nutrientes, las hormonas y otras sustancias que el feto suele recibir de la madre para su correcto desarrollo.
En todo momento y hasta su nacimiento, se controlará minuciosamente y de forma no invasiva al feto, y gracias a técnicas de inteligencia artificial, se espera poder optimizar el sistema y así perfeccionar su funcionamiento.
¿Por qué una placenta artificial en BCNatal?
BCNatal es una de las mayores clínicas maternofetales y neonatales de Europa, con casi 7.000 partos y más de 100 intervenciones fetales al año. En este centro pionero, 600 profesionales sanitarios y casi 100 de ellos dedicados a la I+D+i han desarrollado algunas de las técnicas de referencia actualmente en uso en todo el mundo.
Además, su red de colaboradores incluye a centros de excelencia en biotecnología, como el Instituto Químico de Sarrià, la Universidad Politécnica de Cataluña y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña. Gracias a ellos, incorpora a los mejores expertos en biomateriales, robótica e inteligencia artificial o microsensores, todas ellas tecnologías clave para el desarrollo de una placenta artificial.
Este excepcional equipo, sin embargo, necesita los recursos para que el proyecto se convierta en una realidad. “El impulso que la Fundación ”la Caixa” le está dando a este proyecto es decisivo,” comenta el Dr. Gratacós. “Un proyecto de este tipo creo que representa una de las grandes inversiones en salud, en tecnología y, al final, en beneficios para la sociedad que se pueden hacer hoy en día en medicina.”
BCNatal y la Fundación ”la Caixa”, una colaboración para dar un futuro mejor a miles de bebés y sus familias
Desde hace más de diez años, la Fundación ”la Caixa” impulsa proyectos innovadores para mejorar la vida de neonatos. Con esta, ya son diez las líneas de investigación en las que ha colaborado con BCNatal, y a las que ha destinado 6,5 millones de euros hasta el momento. Con este proyecto, la inversión aumentará en 7 millones de euros en los próximos 5 años.
Además, el proyecto cuenta con el apoyo de madres y padres de niños prematuros. “Los que hemos vivido situaciones extremas en nuestros embarazos sabemos que la investigación es la piedra angular”, comenta Luisa Martínez. Su hijo Mateo fue diagnosticado con una enfermedad rara y potencialmente mortal en la semana 20 del embarazo. La suya es una historia con final feliz, gracias a que fue intervenido prenatalmente por el Dr. Gratacós. Para ella, a medida que el proyecto de placenta artificial va tomando forma es “como borrar paulatinamente la línea que existe entre la vida y la muerte”.
La exigente evaluación de este proyecto incluye a expertos en cinco países que coincidieron en calificar de excelente la estrategia científica y señalaron a BCNatal como uno de los pocos centros del mundo, y el primero en Europa, con capacidad para desarrollar la primera placenta artificial.