Pandemias: superando la COVID-19 y preparándonos para el futuro
Publicado el 25/11/2021
Gracias a una movilización de recursos sin precedentes, por fin empezamos a ver “la luz al final del túnel” de la pandemia. Sin embargo, todavía tenemos que hacer frente a retos importantes antes de que podamos decir que hemos derrotado a la COVID-19, y tenemos también oportunidades de aprender lecciones fundamentales para mejorar nuestra preparación para futuras pandemias.
La conferencia CaixaResearch “Pandemias: superando la COVID-19 y preparándonos para el futuro”, organizada por la Fundación ”la Caixa” y Biocat, con la dirección científica de IrsiCaixa y ISGlobal, centros impulsados por la Fundación ”la Caixa”, reunió a expertos internacionales con el objetivo de orientar la toma de decisiones basada en la evidencia.
A continuación, presentamos un resumen de esta conferencia que tuvo lugar el pasado 16 y 17 de noviembre de 2021.
Vacunas, terapias y diagnósticos
La primera sesión de la conferencia discutió los avances en diagnósticos y terapias que han protagonizado nuestra respuesta a la pandemia actual. La COVID-19 es una enfermedad muy compleja que a menudo no ha respondido al tratamiento con terapias antivíricas, especialmente en los casos graves. Por eso, el diagnóstico y las vacunas han sido nuestras estrategias más importantes en la lucha contra la enfermedad. “Los diagnósticos fueron las primeras herramientas con las que contamos, y están en constante evolución a medida que conocemos más sobre el virus”, señaló Sergio Carmona, director médico de FIND, la alianza mundial para el diagnóstico. “Los últimos datos sugieren que las pruebas rápidas, tienen un mayor beneficio que aquellas que aportan los resultados de forma más precisa pero tardía, y este es un punto importante a tener en cuenta en caso de futuros brotes”.
Gracias a décadas de investigación en la biología de otros coronavirus, ya partíamos con ventaja cuando se desató la pandemia de la COVID-19. Por este motivo, pudimos desarrollar vacunas con una eficacia de hasta el 95 % en un año. “Tuvimos la suerte de contar con plataformas preparadas para responder a la COVID-19, pero es posible que no tengamos tanta suerte en futuras pandemias. Seguimos observando una falta de inversión en todas las etapas del ciclo de vida de las vacunas y esto podría dificultar la prevención de futuras pandemias”, señaló Carolyn Reynolds, asociada senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (conocido como CSIS por sus siglas en inglés).
El desarrollo rápido de vacunas es solo una parte de la historia. También necesitamos estrategias para desplegarlas eficazmente y garantizar que tengan el máximo impacto desde el primer momento. “Necesitamos saber cuanto antes qué poblaciones son las más vulnerables para priorizar su protección”, destacó Adolfo García-Sastre, profesor de la Escuela Icahn de Medicina en el Mount Sinai Hospital.
Además, esta pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con protocolos que promuevan la equidad en la vacunación a escala global. “El marcado desequilibrio en el acceso a las vacunas ha sido el fracaso más flagrante de la respuesta mundial a la COVID-19”, añadió Reynolds. Hasta la fecha, menos del 5 % de los habitantes de los países de ingresos bajos y medios ha recibido al menos una dosis. Por este motivo, “es crucial contar con una infraestructura para producir vacunas en los países menos desarrollados”, señaló Daniel Prieto-Alhambra, profesor de la Universidad de Oxford. “No se trata solo de tener la capacidad de comprar vacunas, también es importante tener la capacidad de producirlas”
Además, tanto en los países de renta alta como en los de renta media y baja, es fundamental generar confianza en las vacunas a la hora de implantarlas. “Las vacunas salvan vidas, pero solo si se administran”, comentó Clarissa Simas, investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. “Con la COVID-19 hemos visto que una gran parte de la población no está 100 % a favor o en contra de vacunarse, sino que se encuentra en algún punto intermedio. Cuanto mejor conozcamos los factores que impulsan esta indecisión, más posibilidades tendremos de cerrar esta brecha”, subrayó.
Nuestra salud está muy ligada a la salud del planeta
Unas condiciones climáticas cada vez más imprevisibles están desencadenando una peligrosa cadena de eventos que pueden aumentar el riesgo de brotes de enfermedades zoonóticas (aquellas que saltan de los animales a los humanos). “Los murciélagos portadores del virus del ébola están migrando a diferentes zonas debido al cambio climático”, explica César Muñoz-Fontela, jefe de grupo del Instituto de Medicina Tropical Bernhard Nocht. Asimismo, el cambio climático está alterando el comportamiento de los mosquitos. “Si las temperaturas globales siguen aumentando, otros 4.700 millones de personas de todo el mundo correrán el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria y el dengue”, advirtió Rachel Lowe, profesora asociada de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
“Aunque no podemos reducir a cero nuestra vulnerabilidad ante las pandemias, si tomamos medidas contra el cambio climático no hay duda de que podemos reducir los riesgos”, afirmó María Neira, directora de Salud Pública y Medioambiente de la OMS. Destacó que, ahora que estamos en la fase de recuperación de la COVID-19, debemos invertir en proteger nuestra salud, regenerar la economía y promover el desarrollo sostenible.
La preparación para futuras pandemias debe ir mucho más allá del estudio de la interacción huésped-patógeno. La convergencia de una serie de factores biológicos, ambientales y sociales, entre otros, es lo que crea emergencias como la de los últimos dos años. “Debemos examinar las condiciones que subyacen la aparición y la gravedad de la pandemia, incluidos los sistemas naturales y sociales”, señaló Richard Kock, profesor del Royal Veterinary College. Solo adoptando un enfoque integrado de “una sola salud”, que va más allá de nuestro enfoque tradicional centrado en el ser humano, los sistemas de salud pública pueden innovar rápidamente y adaptarse a una situación tan imprevisible como la de una pandemia. Y esto sólo puede lograrse con una intensa colaboración de equipos multidisciplinarios. “Necesitamos un lenguaje compartido entre científicos, expertos en salud pública, responsables políticos y tecnólogos, y eso pasa por tenerlos a todos en la misma sala”, ha señalado Miguel Luengo-Oroz, director científico de United Nations Global Pulse.
Por último, los expertos coincidieron en que es de suma importancia comunicar tanto los éxitos como los fracasos de nuestra respuesta a la COVID-19 para prepararnos para futuras pandemias. “Lo que necesitamos es tener una especie de círculo virtual abierto, transparente y disponible para todos los expertos del mundo. Este permitiría reportar, valorar y evaluar nuevos patógenos, además de tomar acciones para que pandemias como esta puedan abordarse lo antes posible”, concluyó Prieto-Alhambra.
Queremos aprovechar esta oportunidad para agradecer la participación a todos los expertos internacionales que asistieron a la conferencia. Consulta la lista completa de ponentes aquí.