No nos olvidamos del alzéimer
Publicado el 21/09/2020
Hoy es el Día Mundial del Alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a más 44 millones de personas en el mundo e, indirectamente, a todas las que están cuidándolas. Hoy es un día para acordarnos de todas ellas y recordar también que para la investigación el alzhéimer nunca cae en el olvido.
En la Fundación ”la Caixa” apoyamos la investigación de excelencia contra el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas, y lo hacemos desde la investigación básica pero también desde la innovación. Desde sus inicios, trabajamos con el Barcelonaßeta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall para que la prevención y tratamiento de esta enfermedad nos permita vislumbrar un futuro sin ella. Además, con las ayudas de investigación en salud y del programa CaixaImpulse de innovación, solo en 2020 hemos impulsado 15 proyectos contra el alzhéimer, con una inversión total de 5 millones de euros.
En este día tan especial, hablamos con dos científicos que abordan esta enfermedad desde dos flancos distintos. En primer lugar, el Dr. Juan Domingo Gispert, investigador del Barcelonaßeta Brain Research Center, quien lidera el Grupo de Investigación de Neuroimagen impulsado por la Fundación ”la Caixa” con el objetivo final de mejorar la prevención del alzhéimer. Y en segundo lugar, el Dr. José Antonio Del Río, investigador principal del grupo de Neurobiotecnología Neuronal y Celular del IBEC, líder de un proyecto de la Convocatoria de Investigación en Salud 2019 que pretende desarrollar estrategias terapéuticas capaces de frenar la expansión de la tau, una de las proteínas involucradas en el alzhéimer.
¿Cómo podemos adelantarnos a la enfermedad?
El grupo de Gispert dedica su trabajo al estudio de imágenes cerebrales mediante las técnicas de neuroimagen con el fin de revelar posibles factores de riesgo ligados al alzhéimer. Esta línea de investigación puede abrir nuevas puertas en el desarrollo de estrategias para la prevención de la enfermedad.
“Hoy en día sabemos que las primeras alteraciones en el cerebro asociadas al alzhéimer se producen hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Nuestra misión es prevenir la aparición de esta enfermedad de una forma similar a la que somos capaces de prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares”, explica Gispert.
El Dr. Gispert y su equipo han desarrollado una herramienta que, a partir de imágenes de resonancia magnética, técnicas de cuantificación sofisticadas y algoritmos de inteligencia artificial, les permite ver cambios en el volumen cerebral que son indicadores del riesgo de padecer alzhéimer en fases preclínicas asintomáticas.
Esta herramienta les ayuda a identificar qué personas necesitan hacerse pruebas y, por lo tanto, detectar quién puede beneficiarse de los ensayos clínicos de prevención de una forma más eficiente. “Con ella, podemos reducir un 45 % el coste del reclutamiento de participantes en ensayos clínicos y en dos terceras partes el número de pruebas más caras e invasivas, como las punciones, lo que redunda en un mayor confort de los participantes”.
Si se mejora la eficacia en el reclutamiento de pacientes para ensayos clínicos, que es ahora mismo el principal obstáculo para los estudios de prevención, se mejorará la capacidad de probar nuevos tratamientos y, muy probablemente, se encontrará una solución al alzhéimer en menos tiempo.
La proteína tau, en el centro de la diana
La misión del proyecto dirigido por Del Río financiado por ”la Caixa” es diseccionar los mecanismos implicados en la aparición y propagación de la proteína tau en las células del cerebro.
“La proteína tau es una proteína que en el sistema nervioso central (SNC) juega un papel fundamental, pero cuando falla tiende a formar unos agregados que hacen que la función neural decaiga y que, por lo tanto, el SNC deje de funcionar provocando pérdida neuronal, pérdida cognitiva, etc.”, explica Del Río.
La tau afecta tanto a las neuronas como a las células gliales, encargadas del soporte estructural y de múltiples funciones del SNC, y puede desencadenar todo tipo de enfermedades neurodegenerativas, llamadas taupatías, entre ellas el alzhéimer.
En los últimos años, la proteína tau ha sido objeto de estudio como diana terapéutica para tratar las discapacidades cognitivas que causan varias enfermedades neurodegenerativas. “El objetivo básico de nuestra investigación es entender las enfermedades que están asociadas a agregados de tau en la glía. El alzhéimer está presente, pero no es el único foco de nuestro estudio”, explica Del Río.
Respecto a su tratamiento, Del Río cree que “en un período de 10-15 años, se podrá ofrecer a los pacientes algún tipo de aproximación que sea eficaz para poder, como mínimo, mantener el grado de deterioro cognitivo a un determinado nivel, con el fin que tenga una calidad de vida lo suficientemente buena”.