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Las medusas del Mediterráneo

Publicado el 13/09/2017

Fotografía de un individuo de Pelagia noctiluca. Créditos: Eduardo Obis (ICM-CSIC).

Post de Laura López y Macarena Marambio, investigadoras del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC).

En verano, uno de los temas relevantes es la presencia de medusas en las playas. Se dice que cada año hay más medusas, que todas pican y son mortales, pero esto no es del todo cierto. Podemos afirmar que todas las medusas poseen células urticantes, pero no todas generan picaduras en humanos y en el Mediterráneo no se conocen especies mortales. Las células urticantes se llaman cnidocitos y son cápsulas con veneno que se activan por estimulación física o química. Están distribuidas en todo el cuerpo de la medusa y tienen función de alimentación y defensa. Al entrar en contacto con nuestra piel se disparan, provocando la entrada de veneno en nuestro cuerpo.

Que cada año hay más medusas tampoco es del todo cierto. Los datos recopilados hasta ahora son indicativos de que ese aumento no es progresivo sino algo más bien cíclico. En Cataluña existe una red de observación de medusas activa cada verano que cubre toda la costa con más de doscientas playas como puntos fijos de información diaria y constante. Toda la información recolectada conforma una base de datos de más de diez años, cuyos análisis permitirán obtener una imagen real de las medusas en la costa catalana.

Una de las especies de medusas presentes en Cataluña, y quizás la más importante, es Pelagia noctiluca. Es una especie oceánica cuya llegada masiva de individuos a la costa depende de su éxito reproductivo en alta mar y de diversos factores físicos y medioambientales que la arrastran. Cuando alcanzan las playas, su presencia se considera de alta peligrosidad debido a que la picadura que produce es dolorosa y con efectos dérmicos importantes.

Otra especie relevante es Rhizostoma pulmo, la más grande de la costa catalana. Presenta una estacionalidad muy marcada, siendo visibles las pequeñas medusas o éfiras en primavera y las adultas en verano y otoño. Al ser una especie costera, su presencia en ciertas zonas es totalmente esperable cada verano. La picadura de esta especie es menos dolorosa que la de P. noctiluca, pero dependiendo de la persona afectada puede tener un efecto importante en la piel, por lo que se recomienda evitar el contacto con esta medusa durante el baño y fuera del agua.

Fotografía de un remolino de Pelagia noctiluca. Créditos: Giacomo Milisenda.

La tercera especie a mencionar es Cotylorhiza tuberculata conocida comúnmente como «huevo frito» debido a su apariencia tan particular. Es una especie costera, estacional (de primavera a otoño) y endémica del Mediterráneo. Su presencia suele ser en grandes enjambres, pero el impacto en las playas no es tan alto, ya que es una especie con baja capacidad urticante y suele aparecer cuando la ocupación en playas es mínima. Un contacto accidental con C. tuberculata podría tener un mínimo o ningún efecto en la piel.

Hay otras especies como V. velella, Aurelia spp., C. hysoscella, C. marsupialis, P. porpita, P. punctata, M. leidyi, entre otras, que también pueden estar presentes en la costa catalana, pero el número de sus registros no supera el 0,5% del total y muchas se encuentran en puntos muy localizados. Por esta razón se consideran muy poco relevantes, dejando a las tres especies ya mencionadas como las protagonistas absolutas del verano en la costa catalana.

Aunque aún no tenemos el número exacto de picaduras de medusa que se han producido este verano en la costa catalana, podemos afirmar que la presencia de Pelagia noctiluca en el periodo de junio a agosto no ha sido tan evidente comparándola con el año pasado.

Investigación puntera en la detección de las medusas

El Grupo de Investigación de Medusas del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), que cuenta con el respaldo del Proyecto RECLAIMED, impulsado por la Fundación Bancaria «la Caixa», tiene como objetivo el desarrollo de herramientas de prevención y mitigación de las medusas en el Mediterráneo. De esta forma se pretende minimizar el impacto de la presencia de medusas en zonas costeras.

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Categoría:

Investigación