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Ciudades abiertas e inteligentes para desarrollar sociedades integradoras

Publicado el 29/11/2017

Momento del B-Debate. (Imagen: Jordi Cabanes / Biocat)

Post de Josep M. Tormos y Àngel Gil, investigadores de la Fundación Institut Guttmann y responsables científicos del B-DEBATE «Integrative Societies and Disability: Open and Smart Cities from Social Sciences».

Una sociedad fuerte es una sociedad cohesionada. Identificar todos los retos y todas las oportunidades es indispensable para obtener lo mejor de cada momento histórico, poder compartirlo y transmitir el mejor legado posible a las generaciones futuras.

Nuestra sociedad y nuestro presente están caracterizados por la influencia de dos hechos singulares: un cambio demográfico con fuertes repercusiones en nuestra sociedad y una revolución tecnológica protagonizada por las tecnologías de la información y la comunicación.

Las tecnologías móviles, el big data, las ciudades inteligentes y el Internet de las cosas son elementos catalizadores de un cambio social caracterizado por un empoderamiento de la sociedad solo comparable a la aparición de la imprenta, la radio o la televisión. La diferencia, en este caso, viene dada por la capacidad que tiene cada individuo para conectar o estar conectado con un gran número de personas mediante las redes sociales.

Si bien la mayor parte de los efectos transformadores de estas tecnologías en nuestra sociedad ha superado con creces las expectativas que podríamos tener, este impacto no ha sido tan evidente en la eliminación de barreras y el aumento de la participación de personas con discapacidad.

El B-DEBATE «Integrative Societies and Disability: Open and Smart Cities from Social Sciences», una iniciativa de Biocat y la Fundación Bancaria ”la Caixa”, reunió a varios especialistas (investigadores universitarios, profesionales de los medios de comunicación, representantes de organismos internacionales y de las principales asociaciones de personas con discapacidad, investigadores científicos, innovadores del ámbito de las tecnologías de la información y de la comunicación, y representantes de las administraciones) para tratar sobre las necesidades, las oportunidades y el desafío de aprovechar este cambio tecnológico singular. Se debatió sobre el reto de construir sociedades más inclusivas, para potenciar el protagonismo de todas las personas y destacar la experiencia y la capacidad innovadora de las personas que cada día deben superar barreras arquitectónicas, tecnológicas y, muchas veces, conceptuales, con el fin de hacer efectiva su participación en la sociedad.

Las tecnologías de la comunicación deben servir para favorecer una sociedad más participativa, con el objetivo de que los derechos universales lo sean, no solo en su denominación, sino en su implementación efectiva, en su totalidad y para todos. Las tecnologías de la información deben ayudar a identificar y dimensionar objetivamente los problemas para las personas con discapacidad y debemos ser capaces de calcular el impacto de las medidas y políticas adoptadas. Por otro lado, la investigación y la innovación social nos tienen que permitir formular nuevos modelos y nuevas políticas, desde y para la participación de toda la ciudadanía, para impulsar la equiparación efectiva de oportunidades y la universalidad de los derechos.

Las políticas públicas deben incorporar los conceptos de diseño universal y de ajuste personal y deben orientarse a evitar o paliar las brechas de desigualdad social. En los procesos de elaboración de políticas o leyes, en la aplicación efectiva de estas o en el diseño de productos tecnológicos deben estar presentes las personas con discapacidad, y deben tener un protagonismo como cocreadoras.

Una de las dificultades en el ámbito de los productos tecnológicos para personas con discapacidad es el escaso mercado existente y, por lo tanto, el poco interés de las empresas para producirlos. Superar esta controversia entre el interés particular y el colectivo es, sin duda, un auténtico reto social.

El modelo de discapacidad, que es una «construcción social», ha evolucionado hacia un paradigma de «derechos». Paradigma este que, como muchos pensadores e investigadores contemporáneos apuntan, será la base, en un futuro, de las políticas sociales en el mundo occidental. En este escenario es donde la ciudadanía con diversidad y el sector tecnológico se deben encontrar para contribuir a crear una sociedad más vertebrada e integradora.

Más información

B-DEBATE «Integrative Societies and Disability: Open and Smart Cities from Social Sciences»

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Categoría:

Investigación

Tema:

bdebate - sociedad