miércoles 15

El retorno económico, social y ambiental de la agricultura social

Publicado el 15/11/2017

Post de Antoni F. Tulla, Natàlia Valldeperas y Carles Guirado, y del Equipo de Investigación en Agricultura Social (ERAS) del Departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Derecho de imágenes: equipo de investigación ERAS – UAB.

La agricultura social (AS) es una práctica emergente y dinámica en el mundo rural de Cataluña y Europa. Puede definirse como un proceso de inclusión social y empoderamiento de colectivos en riesgo de exclusión social (RES) a través del empleo en actividades agrarias. Por lo tanto, el interés por esta práctica es el potencial y el impacto positivo que tiene en el impulso de la agricultura y el aprovechamiento de los recursos rurales, más allá de su vertiente productiva, ya que mejora la cohesión social y el bienestar físico y mental de las personas. Asimismo, puede convertirse en una clara estrategia de desarrollo local y una apuesta por una economía social, ética y solidaria.

Imagen de viñas. Fuente: equipo de investigación ERAS – UAB.

El Equipo de Investigación en Agricultura Social (ERAS) del Departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha llevado a cabo la investigación La agricultura social: análisis económico y evaluación del retorno a la sociedad, iniciativa impulsada por el programa RecerCaixa, de la Obra Social ”la Caixa”, en colaboración con la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP). Esta investigación define las principales características de las entidades de AS a partir del análisis de una selección de diez proyectos, con el fin de conocer en mayor profundidad su modelo de negocio y evaluar su viabilidad económica y retorno social aplicando las metodologías del lienzo de modelo de negocio, el retorno sobre la inversión social (SROI) y el cálculo de ratios financieros.

Con esta investigación demostramos que la AS es un sector emergente y en crecimiento, pero todavía poco visible y con importantes retos futuros. En 2017 se han censado 161 entidades de este tipo, 119 más que en 2014, un aumento que se produce por la creación de nuevas entidades y, sobre todo, por la irrupción del fenómeno de los huertos sociales y comunitarios como medida para minimizar los efectos de la crisis económica a escala local. De esas 161 entidades, el 46% son iniciativas de inserción sociolaboral (74 entidades) y el 45% son huertos sociales (73 entidades), mientras que el resto (9%) trabajan en el ámbito de la educación y la formación, la terapia y la rehabilitación. La actividad de estas entidades se centra principalmente en la horticultura, seguida de la transformación agroalimentaria y los trabajos forestales, y con menos representación otros sectores como la ganadería y la artesanía.

Imagen de recolección de aceitunas. Fuente: equipo de investigación ERAS – UAB.

Algunos de los resultados obtenidos revelan que los proyectos de AS de promedio devuelven a la sociedad tres euros por cada euro invertido. El resultado total del impacto social se sitúa cerca de los tres millones de euros (2.903.965,77 €) en un año de actividad (2015) de las entidades seleccionadas. De ese impacto, el 29% repercute en las personas usuarias y su entorno, principalmente sus familias, mientras que el 26% corresponde al territorio local y su desarrollo, la gestión ambiental del territorio y la recuperación de espacios agrarios abandonados, principalmente en el espacio periurbano. El 21% afecta a la Administración pública, puesto que prácticamente recupera la totalidad de las subvenciones, las ayudas y las inversiones destinadas a las entidades de este tipo de agricultura. El 20% corresponde a las personas gestoras del proyecto y el equipo técnico, y el 4% restante es para el voluntariado, pieza clave de los proyectos de AS.

Los retos de futuro para el sector evidencian que las entidades de la agricultura social precisan una mejor dotación de técnicos especializados y un plan de formación para los profesionales implicados. También hay que profundizar en la formación en el ámbito empresarial para que los proyectos sean económicamente viables, pero sin que su planteamiento pierda los valores sociales. Por último, hay que apuntar que es necesario establecer medidas para impulsar este tipo de agricultura en Cataluña, como por ejemplo la creación de una plataforma de apoyo y un banco de buenas prácticas, la solicitud de cláusulas sociales a la Administración pública para la contratación de servicios o la compra de bienes, y la creación de un sello que certifique el valor social de los productos que estas entidades comercializan. Como se ha hecho en otros países, también se precisa una legislación específica para este sector.

Más información

Equipo de Investigación en Agricultura Social (ERAS)

Estudio: La agricultura social en Catalunya: innovación social y dinamización agroecológica para la ocupación de personas en riesgo de exclusión (PDF)

Resumen

El Equipo de Investigación en Agricultura Social (ERAS) del Departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha llevado a cabo la investigación La agricultura social: análisis económico y evaluación del retorno a la sociedad, iniciativa impulsada por el programa RecerCaixa, de la Obra Social ”la Caixa”, en colaboración con la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP). El estudio define las principales características de las entidades de agricultura social a partir del análisis de una selección de diez proyectos, con el fin de conocer en mayor profundidad su modelo de negocio y evaluar su viabilidad económica y retorno social.

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Categoría:

Investigación