¿Ciencia espectáculo?
Publicado el 11/11/2015
Por Cristina Ribas, presidenta de la Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC)
Discovery Max acaba de estrenar ADN Max, un magacín de ciencia y tecnología, dirigido por Xavier Sardà. Se suma a una larga serie de programas de entretenimiento que han optado por los contenidos científicos, desde la sección ya clásica en El Hormiguero a la serie norteamericana The Big Bang Theory pasando por Órbita Laika, el programa de RTVE patrocinado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). La ciencia está de moda. Ya nos lo advirtió José Antonio Pérez, guionista y director de Órbita Laika, en la mesa titulada «Ciencia espectáculo… ¿divulgación?» en el campus Gutenberg. Para él se trata de una burbuja que se deshinchará a medida que las productoras vayan teniendo otros horizontes.
Para Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (CCS-UPF), deberíamos ir más allá de la risa para dar paso a la estimulación intelectual. Por otra parte, Ricardo Moure, biólogo, divulgador y miembro del grupo The Big Van Theory que ofrece, entre otros, monólogos científicos en teatros e institutos, defendió en la mesa el uso del humor y el entretenimiento como vía para acercar la ciencia a un público amplio. Le secundaron en su argumento el tercer ponente, Jordi Camí, director general del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), y el director de la cátedra de cultura científica en la Universidad del País Vasco, e impulsor del proyecto Naukas, Juan Ignacio Pérez, presente entre el público. Poner la ciencia y la tecnología en la agenda mediática ya justifica para todos ellos cualquier esfuerzo, puesto que este es uno de los problemas principales para extender la cultura científica entre la población: la ciencia y la tecnología son prácticamente invisibles, sobre todo en la conformación de la opinión pública y, consecuentemente, en la agenda política.
Sin ir más lejos, el presidente de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) admitió, en una reunión en la que desde la Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC) le pedíamos más presencia de la ciencia en los medios públicos catalanes, que recibe mucha más presión desde el mundo de la cultura tradicional que desde el sector de la ciencia y la investigación. Así las cosas, mi propuesta es que debemos ser más activos en reclamar que los medios públicos reflejen una actividad de la que depende en buena medida nuestro bienestar y desarrollo y desde todos los puntos de vista: ciencia cultural, ciencia práctica y ciencia social, esta última solo presente en los medios y eliminada por ejemplo de TV3, con la supresión del programa El medi ambient a pesar de recibir 27.000 firmas de apoyo.
Jordi Camí, que manifestó que no era cierto que no hubiera nada que hacer, exigió pedir más presencia y más rigor científico en medios públicos y también en los privados y puso como ejemplo el reciente Alzheimer gate en el que Nature anunció de forma sensacionalista un estudio sobre un supuesto contagio entre enfermos y cuidadores. Casi todos los medios publicaron la noticia, sin demasiados cambios respecto a lo que decía la nota de prensa. El diálogo argumentado con un periodista especializado hizo el efecto de eliminar de un medio importante un enfoque que tampoco se correspondía con el artículo original. Tomarse la molestia de reclamar e interactuar con editores y periodistas debería formar parte de nuestro día a día. Aunque el periodista especializado en los medios empieza a ser una especie en peligro de extinción existen blogs, foros y plataformas donde estos profesionales y ciudadanos expertos viven y publican cada vez con más intensidad.
De estos temas pudimos discutir en profundidad en esta mesa sobre ciencia espectáculo del Campus Gutenberg, impulsado por quinto año consecutivo por el Máster de Comunicación Científica, Médica y Ambiental (UPF-IDEC) y la Obra Social «la Caixa», en colaboración con el CCS-UPF y la ACCC.
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