Post de Maria Lois, del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), CSIC-IRTA-UAB-UB

Las plantas son la base esencial de nuestra existencia y han sido determinantes en la generación de nuestra sociedad tal y como la conocemos. En la historia de la humanidad ha habido dos grandes revoluciones en la agricultura: la domesticación de las plantas en el neolítico, que dio lugar a la aparición de una forma de vida organizada en poblaciones sedentarias, y la reciente revolución industrial, que permitió aumentar la productividad agrícola para satisfacer las necesidades de una sociedad capitalista. En el siglo xxi nos enfrentamos a nuevos retos sociales que solo podrán ser abordados a través de una economía basada en el conocimiento y que dará lugar a una sociedad sostenible.